"No soy veterinario, no tengo cáncer. Nunca he rescatado animales". ¿Confesión o mentira? En un plazo de cinco días el discurso de Frank Ciuesta cambia por completo. Ha pasado de ser la víctima al verdugo, pero ¿qué hay de verdad en todo esto? ¿A qué Frank debemos creer, al de las lágrimas o al que lee un comunicado inmolando su reputación?