Elena Cuervo Mosteirín, de la Guardia Civil, recuerda ese momento como algo desgarrador y durísimo: "No recuerdo exactamente quién fue pero alguien dijo que fuéramos. Yo me quedé impactada. En un principio no sabías si era un animal, pero luego te fijas que hay un ombligo... y te das cuenta de que es una persona". Fue entonces cuando avisaron a la autoridad judicial.